Una madre soltera vive con sus dos hijos. Su marido la ha dejado para formar una nueva familia lejos, en una ciudad al otro lado del país. Siendo ella una adolescente, tuvo problemas con sus padres y abandonó su casa para nunca más volver. Ahora estos la han contactado por internet, quieren conocer a sus nietos. Y sus nietos quieren conocer a los abuelos. Arregla un encuentro, sus hijos irán a visitarlos durante una semana, a la vieja casa en el pueblito rural donde ella creció. Los muchachos están convencidos de que es una buena idea: su hija mayor planea hacer del viaje un documental, su hijo menor quiere presumir sus mejores rimas de rap. Todo parece ser un viaje de reconciliación entre nietos y abuelos. Parece ser, hasta que los niños descubren los problemas que sufre su abuela durante las noches.

Con este argumento, M. Night Shyamalan regresa a la silla de director después de los desastres que fueron The Last Airbender y After Earth. Repitiendo la última fórmula que le trajo tanto éxito con Sixth Sense o Signs, se encargó también del guión y la coproducción.


Aprovechándose del segundo aire que parecen haber recobrado los mockumentaries, cuenta una historia que de principio parece valerse de situaciones que ya hemos visto antes, pero conforme avanza nos va mostrando elementos de comedia que sorprenden. Al final, esta extraña mezcla entre thriller y humor da resultado. Aunque puede que por esta misma razón, más de uno resongue. En opinión de este humilde espectador, funciona. El giro de tuerca al final no podía faltar, algo que siempre ha sido el sello personal del director.

The Visit no es lo mejor que ha hecho Shyamalan en su carrera, pero sin duda es un regreso bastante prometedor. No pierdan oportunidad de verla mientras dure en cartelera. Bien vale la pena el boleto y las palomitas.

The Visit (2015)

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